El contrato por diferencia (conocido habitualmente como CFD por sus siglas en inglés Contract For Difference), es un concepto que, a pesar de implicar ciertas cuestiones técnicas relativas a la inversión en Bolsa, es cada vez más común y cada vez más utilizado.
Por estas razones, en esta ocasión nos centraremos en explicar los contratos por diferencia o CFDs, así como su funcionamiento, características y los diferentes usos que pueden tener.
¿Qué es un contrato por diferencia? 📝
Un contrato por diferencia es un derivado financiero que se basa en un convenio entre dos partes, una de ellas estima la variación de un activo subyacente, como por ejemplo la variación de una acción, y si este movimiento se lleva a cabo, esta parte obtendrá una ganancia.
Dicho convenio estipula que el vendedor pagará al comprador la diferencia que haya entre el valor del activo y su cotización en la fecha de finalización del contrato. En caso de una diferencia negativa, será el comprador quien pague al vendedor. Es decir, un CFD es un contrato el que se intercambia la diferencia entre el precio de compra y el precio de venta de un activo.
En términos prácticos, el funcionamiento de un contrato por diferencia es muy sencillo. Supongamos que un inversor estima que antes del cierre de la Bolsa de Nueva York, las acciones de Apple van a revalorizarse, y, por lo tanto, su precio de cierre será superior al precio de apertura, si esta condición se cumple, el comprador habrá ganado el valor acordado en el contrato por diferencia.
Es importante destacar que no es necesario poseer ninguna acción (o activo subyacente) de las implicadas en el contrato por diferencia, es decir, una persona que, como en el caso anterior, “apueste” por una revalorización de las acciones de Apple, no tiene por qué poseer ninguna acción de esta compañía.
¿Cómo funciona un contrato por diferencia? 🧐
Como indicábamos anteriormente, un CFD se puede comprar o vender.
–Si compras un contrato de CFD, estás comprando el activo (por ejemplo, una acción). De tal forma, estarás “apostando” a que el precio de ese activo va a subir y, por lo tanto, si el activo sube, habrá beneficios. Es lo que se denomina, estar largo en ese activo financiero.
–Si vendes un contrato de CFD, estarás “apostando” a que el precio del activo subyacente va a bajar. En el caso de una acción, si la acción baja, ganarás. A esto se le denomina estar corto en ese activo.
De tal forma, esto significa que con los CFDs podemos ganar cuando un activo sube y cuando baja, y lo haremos operando al alza y a la baja.
El vencimiento de un contrato por diferencia 📋
En el ejemplo de las acciones de Apple estipulábamos un CFD con un plazo de un solo día, con fecha de cierre de la bolsa de Nueva York, sin embargo, el vencimiento de un contrato CFD también es negociable, y por lo tanto, podemos optar por este derivado financiero a largo plazo, estableciendo vencimientos no inmediatos. En cualquier caso, el precio que determina el valor de la acción debe ser siempre el establecido al cierre de la bolsa (liquidación). Pero lo importante (y a diferencia de los futuros) es que los CFDs no tienen fecha de vencimiento.
¿Puedo oficializar un contrato por diferencia en el que establezca una revalorización de un valor dentro de varios años?, sí, los vencimientos son adaptables a tu estrategia.
¿Sobre qué activos podemos usar los CFDs? 🔍
Sobre prácticamente cualquier activo subyacente, pero los productos subyacentes más habituales son las divisas (el más popular es el par EUR/USD), criptomonedas (como Bitcoin o Ethereum), materias primas (como el crudo), metales (como el oro o la plata), acciones e índices (los más populares son el Mini S&P 500, Mini Dow Jones, Nasdaq y Dax).
Ventajas e inconvenientes de un CFD 📊
Como cualquier otro producto financiero los CFDs tienen unas ventajas y unas desventajas, las principales son las siguientes:
Ventajas: existe gran variedad de activos subyacentes, ofrecen la posibilidad de invertir al alza y a la baja, permiten organizar tu posición en función de la estrategia que quieras seguir. Además, replican directamente la evolución del activo en cuestión. Los CFDs no tienen comisiones de mantenimiento, ni tienen vencimiento. Y por último, cuenta con protección del saldo negativo (impidiendo que pierdas más capital del inicialmente aportado.)
Inconvenientes: Los CFDs requieren un seguimiento y una vigilancia de la inversión. No todos los CFDs tienen la misma liquidez, además el apalancamiento puede ser un arma de doble filo por lo que hay que tener una buena gestión del riesgo. Finalmente, en las operativas a largo plazo (en según qué activos) pueden pedir unas garantías altas.
En definitiva, los contratos por diferencia son muy flexibles y en la actualidad muy populares en bolsas de todo el mundo. Pero recuerda contar con una buena preparación y sólidos conocimientos antes de realizar cualquier tipo de operativa.
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